Limpieza. Dos veces al día. Por la mañana retiramos el exceso de sebo, y de sustancias que ha ido eliminando nuestra piel durante la noche. Y, por la noche, para retirar el maquillaje, el sudor y las partículas que van obstruyendo el poro durante el día, procedentes de la polución y el propio ambiente.
En primer lugar, os recomiendo utilizar siempre agua micelar, ya que para retirar los residuos grasos del maquillaje es la opción más adecuada. En segundo lugar, gel bajo agua para higienizar. Para mi, es esencial este paso ya que si no lo hago no siento mi cara limpia. Y, por último, un tónico para equilibrar el pH y el tamaño del poro. De este modo preparo la piel para que el producto que me aplique posteriormente penetre adecuadamente, logrando así una eficacia plena.
Una vez a la semana lo ideal es exfoliar para potenciar la renovación celular y, aplicar una mascarilla hidratante, purificante... la que más se adapte a tu necesidad, como tratamiento intensivo para cubrir nuestras carencias principales.
Ya os iré contando sobre mis productos de limpieza favoritos. Recuerda, un paso esencial en la rutina de belleza diaria.
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